Cliente charlatán: Comenta a sus anchas sobre el tiempo, la política nacional y otros temas muy ajenos a la venta, en algunos casos, es necesario hacer callar (amablemente) a personas a las que les gusta hablar sin fin, debes escuchar atentamente, Preparar la despedida: Si ya se terminó la tarea. Si todo lo anterior no funciona, una buena táctica es el silencio. Antes o después verá que está hablando solo.
Cliente desconfiado: Es escéptico y pone en duda todos los argumentos desconfiando de todo. Incluso lleva la desconfianza al terreno personal, lo que repercute negativamente en las relaciones comerciales. Debes dirigirte a él con mucha personalidad, de forma que vayan adquiriendo mayor seguridad, tanto en sí mismo con en ti. Actúa con paciencia, proporciónales información detallada sobre el producto o servicio que ofreces, y dales todas las garantías y seguridades que estén a tu alcance. Intenta crear un ambiente sincero y relajado que le haga abandonarla desconfianza en que está instalado.
Cliente descontento: Es una situación desagradable, que sin embargo, puede ser dominada, debe escucharlo, hacerle sentar, usted le demuestra consideración y él se calma. Sentado, hablará más bajo, explicar Rápidamente. Finalmente, reconoce tu error (sin echarte tierra encima).
Cliente dominante: Mantén calma, no discutir jamás y debes reducir la tención, pero mostrando siempre una postura de firmeza.
Cliente especulador: Va al grano, sólo quiere cerrar los tratos con el máximo provecho económico. Se olvida de favores recibidos y relaciones consolidadas, y en cambio, recuerda precios y descuentos obtenidos.
Cliente exigente: Tiene mucha experiencia como cliente. Conoce lo que es un buen servicio y le dará lecciones. Exige cosas muy concretas y dará instrucciones de cómo desea que se le atienda. Los comentarios de este cliente pueden molestarnos en ocasiones, pero sus opiniones deben ser escuchadas con atención e interés. Trátelo como él lo exige y recuerde que estos "caprichos" pueden ser la base de un buen servicio.
Cliente decidido: Este tipo de cliente es el mejor para concluir negocios. No expresa emotividad, pero declara claramente sus intenciones. Táctica: Haz creer que es el único al que diriges propuestas especiales exclusivas, claro con él.